Una de las primeras convivencias del Club Universitario. Las expectativas eran altas, y no era para menos. Del 29 al 31 de octubre, los afortunados colegiales que se subieron al coche con destino a Ronda disfrutaron de un Puente de todos los Santos de esos que se recuerdan. Paseo por Ronda, algún que otro “refrigerio” por sus calles, excursión al campo, tiro a la diana…¡

No querían volver!

Hubo un malentendido con un turista noruego, que pensaba que nuestros hombres eran unos guías turísticos. Le explicaron como pudieron –no se estila hablar noruego en Sevilla- que se había equivocado, y que preguntara en la oficina de información.

Una convivencia para abrir bien el curso, divertida, oxigenante. Ronda se ha convertido en un destino codiciable para los que no pudieron ir.